9.1.10

Nuevo homofobispo de San Sebastián (suma y sigue)


José Ignacio Munilla, muy contento y con complementos
sospechosamente rosas, saluda con falsa sonrisa mientras
su mano derecha no sabe lo que hace la izquierda...


Hoy es el día. José Ignacio Munilla, ¿os suena este nombre? Pues a partir de ahora os sonará. Este señor es el nuevo obispo de San Sebastián, que ha llevado a los colectivos feministas y GLBT de Euskadi a pedirle a la Fiscalía General del Estado que siga muy de cerca su actuación. No es que pase nada, noooo, que vaaaaa. Sólo que este señor, nombrado por el papa Benedicto, que de Bene no tiene nada, pero de edicto, lo tiene todo, es un poco homófobo. Si hasta nombra y honra al legendario Aquilino Polaino, que definió la homosexualidad como una psicopatía producida por traumas infantiles gestados en un entorno familiar perverso....

En fin, que la iglesia suma y sigue.
Como bien explica DosManzanas.com, este tal Munilla es el "autor de una carta titulada Homosexualidad y esperanza, en la que califica la homosexualidad como una “tendencia desviada” y un “trastorno neurótico”. No duda en recurrir a la mentira cuando afirma que “el cambio en la consideración de la homosexualidad, de trastorno psicopatológico a mera condición sexual alternativa, se ha debido más a las presiones de los influyentes lobbys gays, que a nuevas evidencias científicas”, afirma. “Uno de los más graves problemas que padecen las personas homosexuales es el escaso número de profesionales que trabajan en la investigación y el tratamiento de su tendencia. La tremenda presión que se puede llegar a soportar en nombre de lo políticamente correcto, llega a coartar la libertad del ámbito de la ciencia.Existen, no obstante, profesionales de primera línea que se atreven a continuar afirmando lo que la psiquiatría siempre ha afirmado: estamos ante un trastorno neurótico (Van Den Aardweg, Bieber & Bieber, Aquilino Polaino, etc…). Y lo que es mejor, no cejan de ofrecer sus terapias curativas con resultados nada desdeñables”, continua el nuevo obispo vasco".

En fin, una joya este obispo. Como para tenerlo de vecino.
Hay cosas que, por mucho que los budistas digan que el cambio es constante, jamás cambian. Y, al final, se quedarán solos. Eso espero. Sí, ojalá. Eso, que se queden encerrados en el Vaticano, solos. Y sin luz. Metidos en sus sotanas. Caras, sí, que la del papa vale 1 millón de las antiguas pesetas. Casi nada.Y que cada vez son más cardenales. Antes de Juan XXIII eran cuarenta. Después, 75 y ahora son 130. Maravillas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Aún no entiendo como se aburren tanto que tienen que coartar la libertad de los demás.
Si a ellos no les parece correcto que no miren pero que no intenten cambiarnos a nosotros por sus pecados.

Isabel dijo...

Estos curas hipócritas, están tan "sobraos de carne", que no recuerdan, que la Iglesia está llena de pederastas, que buscaron en "la sotana", la tapadera de su perversión, ellos si que están enfermos, "podridos", ellos si necesitan, que científicos de todo el mundo, inventen una vacuna, para no "infectarnos" al resto de los mortales. Y lo que mas me jode, es que tengo amigas que siguen creyendo en la Iglesia. Yo no puedo respetar a una institución, que no se cansa de repetir, que mis preferencias sexuales son debidas a un problema que tendría solución. ¡ que dejen ya de vivir de los demás, y nos dejen en paz!.
Un beso