13.1.12

Antología del disparate y el fin del mundo (por culpa de los homosexuales, claro)

Después de una gripe devastadoramente maligna, más que si fuera homoseuxal, dirían los rouquistas y papistas, Mara se ha reconectado al mundo totalmente reseteada. Y Twitter le ha dado la bienvenida con un artículo que merece un 10. Se trata de un repaso del diario 20minutos, a las célebres culpas homosexuales según el Vaticano más obtuso. 
Con motivo del discurso del papa equis uve palito (Benedicto) ante el cuerpo diplomático del Vaticano, el pontífice recordó, por si alguien aún no lo sabía, que el matrimonio homosexual es una de las amenazas más "graves contra la familia tradicional", que socava "el porvenir mismo de la humanidad".
Uuy, qué miedo. Mejor no casarse ni que seas heterosexual, por si acaso. 

Claro que el palito de Benedicto se deja en el tintero otras amenazas, como la que me contaba un día el charcutero:
-Ni los mayas, ni los homosexuales -me dijo cuando hablamso del fin del mundo pronosticado por los mayas- Los americanos y los iraníes, esos ya se encargarán de acabar con el mundo.

El artículo continúa con el top ten de las falacias más graves lanzadas contra los homosexuales por la iglesia, un hecho que socava el porvenir mismo de un 10% (mínimo) de la humanidad, que dirían ellos.  Por ejemplo, que salvar a la humanidad de conductas homosexuales o transexuales es igual de importante que evitar la destrucción de las selvas o que el sida (¿estáis preparadas? Porque ésta es gordísima) o que el sida, dijo el arzobispo de Bruselas, es un acto de justicia. O que la conducta homosexual, que dijo el portavoz de la conferencia episcopal española, es una conducta desordenada. En fin, para todos los gustos. Lo dicho, un recopilatorio o antología del disparate excelente. 

Para echarse unas risas si no fuera porque luego estas palabras y frases que no se lleva el viento las recoge el diablo mismo para hacer hogueras inquisitoriales y ejercer el más cruel talibanismo católico (dos términos en principio contrarios que, en cambio, sí casan bien aunque algunos no lo crean).