19.12.08

Entrevista Ann Bannon (y 2)

Aquí va la segunda parte de la entevista con Ann Bannon.

-¿Por qué te mantuviste tantos años el anonimato?

-Era una mujer casada y con dos hijas pequeñas. Habría sido peligroso salir del armario, podías ir a la cárcel si te consideraban sospechosa de alguna actividad sexual ilegal... y la homosexualidad era ilegal en aquella época. Lo
último que quería era correr el riesgo de que me quitaran a mis hijos. Así que estuve dentro del armario muchos años. Salí del armario de una manera muy tranquila, a principios de los 80, cuando la editorial Naiad reeditó mis libros y yo dejé mi trabajo en la Universidad, aunque allí ya sabían que era escritoras de pulp. Entonces, me sentí totalmente libre para hacer y decir lo que quería en público, sin ocultar nada.
-¿Cuál era tu intención al escribir libros?
-Empecé a escribir porque me gustaba y podía hacerlo bastante bien. Me acababa de casar y se me planteó la oportunidad de escribir mi primera novela antes de que naciera mi primera hija. Pero... necesitaba un tema. Por suerte había descubierto el primer pulp lésbico: “Spring Fire”, escrito por una joven chica de Nueva York, Vin Packer, cuyo nombre verdadero era Marijane Meaker. Su historia era parecida a lo que yo quería escribir: dos estudiantes universitarias enfrentándose a su primer romance lésbico. Me fascinó aquel libro. Al mismo tiempo, descubrí una edición de “El pozo de la soledad”, de Radclyffe Hall, el clásico de la literatura lesbiana de los años 20. Lo devoré. De repente, me di cuenta de que podía escribir sobre aquel tema. No tenía experiencia, pero me inspiré en estas dos mujeres. Escribir me permitió navegar por mis propios sentimientos, vivir el mundo de fantasía que iba creando
. Pronto me di cuenta de que me dirigía a una amplia audiencia de mujeres que vivían aisladas en pueblos y pequeñas ciudades y que probablemente iban a sentirse aliviadas por el hecho de poder leer mis historias, de aprender de otras mujeres como ellas y de sentir que sus propias vidas estaban justificadas y tenían sentido gracias a aquellos libros de pulp.

-¿Crees que el pulp lésbico cumplió en su época una especie de función social?
-Ya he hablado un
poco del impacto que esos libros tuvieron en mujeres solitarias, que vivían aisladas por todo el país. Las historias de otras lesbianas les dieron coraje y esperanza. Es duro incluso ahora recordar el estigma social al que iba unido la homosexualidad en los años 50. No existía una “comunidad gay” como se entiende hoy en día. No había librerías, clubs o lugares de reunión, excepto los bares gay en las grandes ciudades. Tampoco existía internet ni ninguna manera de hacer amigos o amigas o de poder plantearte una vida junto a una compañera. El simple hecho de descubrir que había otras como tú era un gran alivio. Así que estos libros fueron para muchas mujeres una manera de viajar a través de la vida de las lesbianas y de poder conocer su forma de hablar, de vestir, los lugares que frecuentaban... En mis novelas, describo muy bien el Greenwich Village, de hecho, creo que nadie habló de aquel ambiente, de la vida cotidiana e incluso de la geografía del barrio, como yo lo hice, a pesar de que fui siempre una visitante, nunca residente. Pero era mi espacio para la fantasía, me gustaba y quería conservarlo dentro de mis libros, tanto por mí como por las lectoras. Hoy en día estudiantes de la Universidad escriben sus tesis acerca de mis libros. Es lo último que podía soñar cuando empecé a escribir hace tantos años.

Novelas de Ann Bannon “Odd girl out”, 1957 “I am a woman”, 1959 “Women in the shadows”, 1959 “Journey to a woman”, 1960 “The marriage”, 1960 “Beebo Brinker”, 1962 Documentales Ann Bannon aparece en “Before Stonewall: The Making of a Gay and Lesbian Community", de 1984, y "Forbidden Love: The Unashamed Stories of Lesbian Lives", de 1992. Web www.annbannon.com

17.12.08

Ann Bannon (1)

Os dejo una entrevista que Thais le hizo a Ann Bannon, la reina indiscutible del género llamado pulp lesbian, tremendamente popular en los años 50 en Estados Unidos. Está dividida en dos partes. Aquí tenéis la primera entrega.




Ann Bannon, la reina del pulp lésbico


En Chicago, en los años 30, no todo era Ley Seca y mafia. En aquella época, de ajustes de cuentas y ambiente de novela negra, concretamente en 1932, vino al mundo, en un barrio de esa ciudad, Ann
Bannon, la escritora que iba a convertirse, años más tarde, en la Reina del pulp lésbico.

El pulpsbico nació en Estados Unidos en los años 50. Casi todas las novelas de este género estaban ambientadas en universidades, internados o el Greenwich Village de Nueva York, y tenían como protagonistas a lesbianas, que solían recibir un castigo en forma de suicidio o destierro social si no rectificaban y superaban esa fase de sexo inmaduro. En fin, que advertían que el lesbianismo era una enfermedad y que si una mujer se atrevía a querer a otra... podía acabar muy mal. En medio de esta tendencia al finales horrorosos, Ann Bannon (nombre real, Ann Thayer) fue la excepción: a sus lesbianas se les permitía explorar y asumir su sexualidad. Tal vez por eso se convirtió en la reina del pulp lésbico.

Esta autora, que vive en Sacramento, California, y está retirada ya de su trabajo en la universidad, se dedica a sus más de 70 años a escribir el primer volumen de sus memorias, en el que explicará sus primeros años como escritora “dentro del armario” y sus aventuras en el Greenwich Village neoyorquino de los año
s 50. Fue en esa época, ya casada (se divorció en 1980, cuando sus dos hijas eran ya adultas), cuando descubrió su vocación literaria y lésbica y creó su personaje más famoso, la inefable y seductora Beebo Brinker, protagonista de cinco de sus novelas que, hoy en día, se consideran clásicos del pulp lésbico de los 50, con su exquisita y perfecta descripción de los conflictos emocionales de las lesbianas, en aquellos años de puritanismo y represión en Estados Unidos (¡cielos, si hasta en las películas de la época se ve que los matrimonios duermen en camas separadas!).
Por todo eso, hemos querido charlar con ella acerca del pulp lésbico, y porque, además de ser escritora y la reina de este género, es una mujer accesible y dispuesta a dejar de ser una desconocida en nuestro país.
-¿Qué es el pulp lésbico?
-Es un género de literatura popular, que tuvo mucho éxito en los años 50 y 60. Se creó, de alguna manera, como una forma de entretenimiento fácil, intrascendente. Se esperaba que la gente comprara los libros, los leyera y los tirara. Fue una sorpresa descubrir, años más tarde, que muchos lectores se engancharon a esas novelas y las conservaran como oro en paño. Los libros estaban hechos con pasta barata de papel, el llamado “pulp”, de ahí el nombre del género. Las portadas solían ser llamativas, atrevidas y con mucho color para atraer a los lectores, sobre todo hombres. De hecho, algunos libros fueron escritos por hombres y para un lector masculino. Sin embargo, los pulp que escribían las mujeres eran historias más románticas, que planteaban relaciones de amor entre mujeres. Esas fueron las que se hicieron con un gran público de lesbianas que se sentían aisladas, asustadas y desinformadas. Las historias que leían en las novelas pulp les dieron esperanza y, para algunas, representó la posibilidad de darse cuenta por primera vez en sus vidas de que había otras mujeres com
o ellas en el mundo.
-¿Cómo crea
ste tus personajes, son reales?
-La mayoría de mis personajes eran una mezcla de gente a la que conocía y gente a la que me habría gustado conocer. Para crear a mi personaje más famoso, Beebo Brinker, me inspiré en cierta medida en una amiga de la universidad, pero al final, Beebo superó la realidad y se convirtió en una joven y atractiva “butch”, con vida y carácter propios. Escribiendo sobre ella... me enamoré de ella, como le ocurrió a muchas lectoras.

-¿En aquella época, o cuando tú empezaste con la novela “Odd girl out”, en 1957, era muy difícil publicar esta clase de libros?
-Debería
haber sido muy difícil para una escritora joven y desconocida como yo. No conocía a nadie del mundo editorial y, a pesar de ello, escribí mi primera novela “Odd girl out”. Sentí la necesidad de escribir la historia de dos compañeras de universidad, que se enamoraban. Estaban aterrorizadas y al mismo tiempo se sentían fascinadas por la intensidad de sus emociones. Para una de ellas fue algo que cambió su vida, para la otra, era algo demasiado terrible y opta por un matrimonio convencional. Cuando estaba escribiendo la historia, me acababa de licenciar en Lingüística y de casarme. El acto de escribir me ayudaba a olvidar los problemas de mi matrimonio. Cuando acabé el primer borrador de la novela, le eché coraje al asunto y le escribí una carta a la única autora lesbiana que conocía, Marijane Meaker (que fue amante de Patricia Highsmith), que escribía bajo el pseudónimo de Vin Packer y fue la autora de “Spring fire” (1952). Quería que me ayudara y me dijera cómo podía lograr que me publicaran el libro. Por qué lo hizo, nunca lo sabré, pero me ayudó. Me invitó a Nueva York, me presentó a su editor y consiguió que él se leyera mi historia. Fue él quien propuso el título, “Odd girl out”, que se convirtió en el segundo pulp más vendido de 1957.
-¿Cómo era la vida de las lesbianas en aquella época?
-Para la mayoría de las lesbianas en los 50 y los 60, su vida estaba dominada por la ansiedad, la soledad y las dificultades. Hoy en día, en el siglo XXI, parece mentira que, tan sólo hace 50 años, tantas lesbianas no supieran que había otras mujeres en el mundo que compartían con ellas su orientación sexual. Vivían aisladas y no tuvieron ocasión de conocer a otras lesbianas hasta que el pulp lésbico empezó a aparecer en las estanterías de las pequeñas ciudades y de los pueblos por todo el país. Muy pocas, encontraron un círculo de amigas lesbianas o una pareja con la que compartir su vida. Era más fácil si una vivía en una gran ciudad, que atraía a gays y ofrecía entretenimientos, bares, clubs, tiendas...


15.12.08

El almanaque de las mujeres


Por fin ha llegado a las librerías una nueva edición del clásico imprescindible del mundo lesbiano, 'El almanaque de las mujeres', de Djuna Barnes, editado por Egalés. Escrito en los años 20 predice todo, todo, todo, lo que ha ocurrido en un siglo de historia de las lesbianas. Incluso el matrimonio homosexual y el transgénero.