24.5.07

Las noticias



La LLP se ha quedado con los ojos en blanco y los
puños apretados al leer dos noticias en el diario de hoy: Amnistía Internacional denuncia que una de cada tres mujeres ha sido golpeada, ha sufrido abusos o ha sido forzada a tener sexo. Y el agresor suele ser un familiar o un conocido. Sin duda este dato debería dar que pensar a los defensores de la familia tradicional en todas las religiones del mundo. Como dice mi querida Nadine Gordimer, las religiones son la mayor causa de violencia en el mundo.

Sin apartar la vista de la página del diario, en la columna de la derecha, la LLP ha descubierto otra noticia que llega, no desde Polonia, sino desde Pakistán: un transexual (para las autoridades sigue siendo mujer porque sus genitales son aún femeninos) y su esposa han sido detenidos en Lahore por contraer matrimonio y pueden ser condenados de 2 años de prisión a cadena perpetua. El denunciante: el padre de la novia. Otra vez, gritemos todas, ¡viva la familia tradicional!


El colmo de la hora que dedica la LLP a leer el diario ha sido cuando han leído, también en la sección de sociedad, que Estados Unidos, maravilloso Estados Unidos, como siempre, ha aprobado un anticonceptivo que elimina la menstruación.
Así que, mientras en Pakistán y en más de ochenta países del mundo las mujeres lesbianas son torturadas, violadas y condenadas
as, EE.UU. inventa una píldora para... "liberar a la mujer".
-¿De qué?- se pregunta Sexy Sara.
-De la regla- responde Virginia.
-¿Y para qué?- pregunta Wonder Woman.
-No sé. Mientras en el mundo haya un tercio de la población femenina castigada por ser mujer... ¿No deberían inventar una píldora para dejar de ser mujer?

-No- dice Wecandoit golpeando la mesa- Deberían inventar una píldora para que los hombres dejaran de
ser hombres.



De repente, Zira, e
xclama: -¡Escuchad! Un grupo de científicos descubre que las hembras de tiburón martillo no necesitan al macho para reproducirse. Los investigadores ya han encontrado esta capacidad en ciertas especies de aves, reptiles y anfibios...
Todas se miran, sonríen y, cerrando el diario, se ponen en marcha para salvar al mundo, con la sensación de que hay algo en la realidad que vale la pena ser leído.