Sin querer ser pesadas, las chicas de la LLP han leído hoy en El País un par de sandeces emitidas desde el aparato foniatra del obispo Munilla. En unas declaraciones a la cadena SER, Munilla dijo que "existen males mayores" que el que está sufriendo el pueblo de Haití tras el terremoto que ha asolado Puerto Príncipe. Para Munilla mucho peor que las muertes, el dolor y el caos instalado en la isla caribeña, donde los muertos superan ya los 50.000, es "nuestra pobre situación espiritual y nuestra concepción materialista de la vida". Aaaaamén.
La LLP alucina. Y considera que las palabras de Munilla son de mal gusto, denotan una gran insensibilidad y nula empatía, además de ser de una frivolidad hiriente. Especialmente para todas las víctimas y para los que han perdido o están todavía buscando a seres queridos en medio de los escombros. Yo si fuera católica y oyera tales sandeces, me quitaba de la iglesia ya mismo (por suerte ya estoy fuera).
Como siempre, la iglesia da la impresión de ocuparse más de mundos invisibles y de vidas aún no existentes que del mundo real, del pulso diario de la vida y de los que no tienen tanto como nosotros, en el primer mundo, lo cual, por cierto y no dios, nos permite pensar mucho y ser tan y tan espirituales con el estómago lleno. Ah, Munilla aprovechó para meterse con la persecución del clericalismo por parte de los medios de comunicación.
Tal vez si pensaran en el mundo que les rodea antes de hablar y hablaran menos, los medios y hasta los enteros les dejarían en paz.
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