20.6.06

Poemas sin muñecos

Thais ha escrito estos poemas para los muñecos, pero a ellos les importa más ir de fiesta y conocer gente (se encuentran en esa fase plástica en la que los ojos pululan despistados de cuerpo en cuerpo). Así que los he pillado para colgarlos en el blog y que, si es posible, los disfrutéis vosotras y vosotros. Si es que hay vosotras y vosotros.


Domingo

Subo y bajo del autobús
domingo tarde
ausente
ausente de veras.
Con este cielo perlado
a juego con mis ojeras arrugadas
seca
tengo la piel tan seca.
El cine guarda un silencio raro
y por la cortina se cuela
un irritante resquicio de asfalto y ruedas destornillando el aire.
Me alzo en primera fila,
cubro con mi cuerpo los subtítulos
y cierro bien la cortina de la salida de emergencia.
Recupero el aliento
tratando de no pensar en ti
y, así,
sólo queda mi rostro en los cristales urbanos
con esas ojeras fosforescentes
y la lluvia que revienta en explosión
las ventanas ricas de la ciudad.
Las llaves de casa no están bien puestas
y se me cae el pelo del sueño
que arrastro por la alfombra
y no sé si lloraré al llegar las 8
porque son sólo las 7 y ya me tiembla el párpado.



Lunes

Las nubes vuelven a estar en su sitio
después de recitar las tablas de multiplicar
en el autobús.
Se diría que todo está bien puesto
y que no hay brillos de polvo tapando las heridas,
que ya han cicatrizado,
que ya es hora de arrancarse el párpado doliente
y cambiarlo por cristales oscuros
en una playa nudista.
Sí, el verano cubre de diamantinos ajuares
la visión de un invierno atroz de prozac
y mediodías tensos a la hora de verte.
Tú, tan lejos de mí
y yo, amándote tanto,
sin osar rozarte ni pedirte.
Un invierno atroz de prozac
envuelto en celofanes de silencios soledades
y fobias táctiles,
viéndote llorar tan sola en tu mermelada ácida
desde el otro lado de la vida.



Martes

Te despertase entre ahogos.
¡Flores blancas y amarillas!
Para enterrarte en vida.