Las absurdas consecuencias de la estupidez humana: que en Kenia, un país donde la homosexualidad está penada hasta con 14 años de prisión, ahora decidan que sería bueno censar a los homosexuales para intensificar la lucha contra el sida. ¿Cómo vas a censar a quien está en la ilegalidad y a quien puede ser perseguido por sus conciudadanos homófobos? ¿No es un arma de doble filo? Digo. Pregunto, no sé.
Otra cosa. Los grupos ultracatólicos HazteOír y Foro de la Familia se divorcian. ¿La culpa? Como siempre, el dinero. Valor universal. Antes de la mani del 17 de octubre, estuvieron a punto de abortar el acto por sus discrepancias respecto a la distribución del merchandasing. No me extraña, igual que con lo del Bebe Aído (sin ánimo de lucro y cada bebé te cuesta un generoso donativo... obligatorio), hay mucho dinero por medio: mercadear con esto, no sé yo si es muy católico.
Un ejemplo del
negocio ultracatólico.
Tienen de todo:
desde puntos
de libro hasta
gorras.
Cuenta El Público que: "Apenas unas horas antes de la marcha, distintas acusaciones en torno al dinero aportado para su organización, el excesivo protagonismo de unos y otros y, sobre todo, el intento de Derecho a Vivir (plataforma dependiente de Hazte Oír) de vender su propio merchandising, al margen del de las asociaciones convocantes, hicieron que la manifestación pendiera de un hilo. Este diario ha tenido acceso al cruce de correos electrónicos que los principales líderes de los movimientos ultracatólicos se dirigieron en vísperas de la protesta. Los correos manifiestan la "profunda división" entre los principales convocantes."
En fin, ya se sabe: sucede hasta en las mejores familias.
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