El cinismo del cardenal Cañizares o Crucifixion for Cañizares!

Cañizares, envuelto
en seda roja.

Seré breve. El cardenal prefecto de la Congregación por el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos (este nombre es alucinante. A mí me gustaría que me explicaran qué es el culto divino: ¿un gay muy culto y estupendo?), Antonio Cañizares, ha pedido perdón por los abusos a menores cometidos en escuelas católicas irlandesas entre los años 50 y 80, según publica El País.
Hasta aquí todo correcto. Y sin embargo, después de excusarse, este señor, que jamás ha estado casado ni ha tenido hijos ni sabe qué es la convivencia ni el amor de pareja ni tampoco sabe qué es un embarazo ni siquiera un buen orgasmo (¿o sí?) ni pecar ni tener conciencia ni haber sido perseguido, acosado o maltratado ni pedir perdón con toda la humildad que exige la culpa, ha añadido desde su poltrona dorada y divina: "No es comparable lo que haya podido pasar en unos cuantos colegios" con "los millones de vidas destruidas por el aborto". (????!!!!!).

Y se queda tan pancho. La frivolidad con la que abordan los temas que no les interesan, como el de abusos cometidos por miembros de la iglesia católica, me da miedo. Esa facilidad para sacudirse de encima el dolor de los niños (vivos, no de los que aún no han nacido), me aterra. Vale más un nonato que un niño nacido. Parece que tanto antes de nacer como después de nacidos, los niños deben someterse a la disciplina católica sí o sí. Y esta disciplina incluye malostratos y abusos. ¿En el nombre de dios? ¿O de quién?

El cinismo de la jerarquía católica es impresionante. Alguien me ha preguntado, en plan cínico, con sonrisa ladeada y mirada húmeda: "¿Crees que hay mujeres que abortan por miedo a que sus hijos puedan acabar siendo víctimas del abuso de los curas de "unos cuantos colegios"?
Sacudo la cabeza para eliminar esta idea tan dramática. Pero, pienso, a fin de cuentas es sólo una idea, en cambio, lo que dice Cañizares... va a misa.