7.4.08

Condolezza Rice: crecen los rumores

Si la semana pasada os pedía el voto para Ellen, esta semana Afrodita, en misión especial en Estados Unidos, lo pide para animar a Condolezza Rice a salir del armario. Afrodita logró colarse en el Congreso y, tras trepar a la mesa de Rice, fue pillada "in fraganti" por la secretaria de Estado, que la sometió a escarnio público tachándola de mentirosa y calumniadora. Pero, aunque ella lo niegue y acuse a diestra y siniestra de falsedad, calumnia y lo que quiera, los rumores acerca de su presunto lesbianismo son cada vez más insistentes. Especialmente desde que el escritor Glenn Kessler, corresponsal de The Washington Post y autor de 'The Confidante: Condoleezza Rice and the Creation of the Bush Legacy’, insinúa que la Rice podría mantener una relación más que amistosa con la directora de documentales Randy Bean. Con ella compró una casa y comparte su afición por el fútbol americano, además de una cuenta bancaria que está a nombre de las dos mujeres. No es la primera vez que la doctora Rice tiene que enfrentarse a rumores sobre su sopción sexual, aunque la Secretaria de Estado, una de las mujeres más poderosos del mundo (y lamentablemente más amantes de las armas y el envío de tropas a norte, sur, este y oeste) ha sabido salir airosa de las insinuaciones. Según blogs.chueca,com, solo una periodista de The New York Times consiguió elevar el tono de voz de Condolezza. "Pensé que estaba bien ser soltera; pensé que estaba bien no tener hijos; y pensé que se podían tomar decisiones aunque fueras soltera y sin hijos. No es fácil ser mujer afroamericana en un mundo de hombres blancos".

1 comentario:

Marta dijo...

Pues allá va mi voto para Afrodita, nacida de la espuma del mar, de entre las costas de Chipre. Para que la Rice, entienda que los tiempos cambian que es una barbaridad, y que se anime realmente a ser libre -aunque supongo que los miedos la invaden, y tema perderse en paraisos no favorables - en fín, dejémosla disfrutar en la intimidad, y quizás en su otra vida, logremos la dichosa transformación.

Un beso Mara,