16.10.07

Hipocresía


La noticia del sacerdote gay italiano al que el Papa ha expulsado del Vaticano es una más acerca de la iglesia que nos ha tocado vivir. Sin embargo, reunidas en sesión extraordinaria, las chicas de la LLP han mostrado su disconformidad con un colectivo gay de Roma que ha querido mostrar su apoyo al susodicho cura, que, en plan testimonio secreto, reconoció su homosexualidad en el canal de TV “La 7”, con la voz distorsionada y el rostro cubierto (a pesar de lo cual, diantres, lo reconocieron).
A ver si nos entendemos, han dicho las de la LLP: un cura gay en la iglesia católica está prohibido, como lo está aparcar en doble fila, destrozar el mobiliario urbano o asesinar a tu vecino porque tiene la tele muy alta (de sonido, no de altura física, a mí como si la quiere tener el el techo). Una sabe que si aparca en un vado o si asesina a alguien puede que la pesquen y la condenen.
Pues lo de ser gay en la iglesia católica es lo mismo. Las de la LLP han declarado convencidas respecto al cura: no haberse hecho cura. Lo que no puede ser es que ahora un colectivo gay se vuelque en este sacerdote que durante años ha predicado y condenado la homosexualidad y probablemente aseguraba que podía curarse, mientras él… mientras él la ejercía. Eso es el colmo de la hipocresía.
Así que mejor que los colectivos se dediquen a los que realmente necesitan su apoyo y no a aquellos que han querido vivir del cuento aunque, eso sí, les darán más publicidad que una manifestación de gays el viernes santo.

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