26.5.12

Carta al Congreso Mundial de la Familia

Reúnanse, hagan lo que quieran, tengan hijos, no aborten, no sean homosexuales (cúrense si lo son), no sean feministas, no busquen la igualdad de género y, si son mujeres, quédense en casa. Nadie se lo prohíbe. Algunos hasta lo respetamos. Ustedes, en cambio, como todos los terroristas y los integristas, obligan, imponen y acusan con una violencia de palabra desmesurada, injusta, intolerante, sexista y atentadora contra los derechos fundamentales de la persona, lo que defiende la ONU. Son terroristas de los derechos humanos. Por eso les recomiendo -fíjense que ni siquiera se lo exijo- que practiquen la tolerancia. Es una disciplina muy humana y, créanme, divina.

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