-Que Berlusconi hable, es algo lamentable. Y que convenza, una estupidez -dice Heidi, desde un resort de esquí suizo, tras enterarse de las últimas declaraciones de este señor mayor.
El presidente italiano, que está siendo juzgado por tres causas -la de Mediaset, por presunto fraude fiscal; la Mills, por estar acusado de corromper a un testigo, y el Rubygate,en el que se le acusa de haber pagado servicios sexuales a una menor, ha vuelto a demostrar su falta de cordura, que es tan notable como su falta de cabello por mucho que se empeñe en disimularlo (las dos cosas, la escasez de cordura y la de pelo).
Y es que, en el transcurso de un acto de apoyo a la candidata a la alcaldía de Milán por su partido, Berlusconi ha asegurado:"Todo el mundo tiene una parte homosexual del 25%. Pero la mía es lesbiana”.
Si este señor es lesbiano, aunque sea en un
0,000001% yo soy el papa de Roma (todo queda en Italia).
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La LLP plantea algunas dudas: ¿cómo sabe que la parte homosexual es del 25%? ¿Qué ocurre con el otro 75%? ¿Es heterosexual en un 40% y transexual en un 35%? ¿Hay alguien 100% de alguna cosa? ¿De ese 25% no puede haber una parte exclusivamente femenina? ¿Cuál es, señor Berlusconi, su porcentaje de estupidez? El 200%, no hay duda. Ya en noviembre de 2010 declaró, para defenderse de otro escándalo de prostitución: "Mejor que me gusten las mujeres guapas que ser gay". Sin comentarios.
En la afirmación absurda acerca de su supuesto lesbianismo, no sólo se demuestra la ignorancia del berlusconismo al tratar la palabra homosexual como término que se refiere únicamente a los gays (homosexualidad engloba tanto a lesbianas como a gays), sino que hace alarde de un machismo sin límites que, no obstante y según la doctora Sira, entra en contradicción con su tremenda necesidad de someterse a operaciones de cirugía estética. Es cierto: su masculinidad, señor Berlusconi está en entredicho.
-No es su masculinidad -interviene Heidi - es su capacidad intelectual lo que está en entredicho. Y desde hace años. Lo de las operaciones, bótox y estiramientos faciales y lo del pelo es fruto de esa incompetencia mental. El ocaso, Cavalliere, está cerca, porque el paso del tiempo no puede comprarse como a los jueces.
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