“No se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios. No se trata de un mero proyecto legislativo sino de una movida del Padre de la Mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios”, escribe Bergoglio, que, en plan radical, ya se retrató cuando se puso al frente de una marcha contra el matrimonio homosexual.
Por si fuera poco y en un arranque de patriotismo, dice: “La patria necesita en estos momentos de la asistencia especial del Espíritu Santo que ponga la luz de la verdad en medio de las tinieblas del error; que nos defienda del encantamiento de tantos sofismas con que se busca justificar este proyecto de ley”.
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