25.3.10

Tsunami de realidad para la iglesia




La LLP no quiere repetirse ni ser pesada. El tsunami de noticias que estáa inundando la prensa internacional no es más que la prueba definitiva de que a la iglesia católica le pasa algo muy grave y que durante decenios (siglos, me pide que escriba Twinky Winky) ha estado faltando a todos y cada uno de sus mandamientos teologales. Ni doctrinas ni actos de fe ni ostias benditas.

La gravedad del último caso estriba en que el señor Benedicto (llámale Maldicto, me dice esbozando una maligna sonrisa Heidi), busto parlante de la institución y a la sazón cardenal, encubrió con otros capitostes eclesiásticos a un sacerdote (un depredador, acota Virginia Woolf, el Rev. Lawrence C. Murphy)
estadounidense que abusó sexualmente de unos 200 menores sordos. Esto es lo que ha publicado The New York Times el pasado 24 de marzo, basándose en unos documentos que acaban de ver la luz.

El diario Público explica:
"La correspondencia a la que ha tenido acceso The New York Times demuestra demuestra que mientras los responsables eclesiásticos discutieron sobre la expulsión del cura, la prioridad mayor fue proteger a la Iglesia del escándalo.

Ocho meses después de esas dos misivas, el segundo responsable al frente de la doctrina oficial católica, el cardenal Tarsicio Bertone, actualmente secretario de Estado del Vaticano, ordenó a los obispos de Wisconsin iniciar un juicio canónigo secreto que podría haber terminado con al expulsión de Murphy del sacerdocio.

Sin embargo, Bertone paró el proceso después de que Murphy escribiese personalmente a Ratzinger diciéndole que ya se había arrepentido y que estaba enfermo.

"Sólo quiero vivir el tiempo que me queda en la dignidad de mi sacerdocio", afirmaba el cura en la carta que envió al futuro Papa cuando ya se encontraba próximo a la muerte, que ocurrió en 1998. (...)

Murphy nunca fue juzgado o sancionado por la Iglesia e incluso la policía y los fiscales hicieron caso omiso a las declaraciones de las víctimas, según los documentos en poder de "The New York Times", que los obtuvo de los abogados de cinco hombres que demandaron a la Archidiócesis de Milwaukee.

En 1974, el sacerdote fue trasladado por el arzobispo William E. Cousins de Milwaukee a la Diócesis de Superior, en el norte de Wisconsin, donde pasó sus últimos 24 años trabajando con niños en colegios, iglesias parroquiales y en un centro de detención juvenil, según el diario".


Dice la LLP que Maldicto tiene mala cara. Y es que no es para menos.
-Lo que tiene -aclara Wonder Woman- es mucha cara.

-Yo diría más, pero soy muy educada -añade Michelle con su vestido lila.
-¿Y por qué no se casan los curas?
-¿Y por qué ponen el grito en el cielo con los homosexuales, que resulta que son adultos y mantienen relaciones consentidas? No lo entiendo.
-Ni yo.
-Ni yo tampoco.
-Ya. Es para alquilar sillas...

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