Wecandoit se ha ido en misión ultrasecreta al Vaticano. Infiltrada en la cruz del santísimo padre, que tiene mal aspecto a causa de sus maldades (no olvidéis que es el lado Oscuro), intentará colarse en sus sueños para lograr, siguiendo el plan 1, abducirle y convertirlo al lesbianismo.
Si no lo consigue y Benedicto sigue diciendo estupideces y permitiendo que sus secuaces hagan lo propio (léase Rouco Varela, Camino y compañía) seguirá el plan 2, que consiste en dinamitar el Vaticano. Y punto.
Si nos llaman laicas radicales, habrá que serlo, ¿no? Porque ya se sabe que la iglesia nunca miente.
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