1-La ballena que se quedó con hambre
Me impresiona la noticia de que una ballena, que iba rumbo a la Liguria italiana para alimentarse de plancton en aquella zona del Mediterráneo, fue alcanzada por un Ferry que la arrastró hasta el puerto de Barcelona sin inmutarse (ni el barco ni el cetáceo). Esas 30 toneladas de peso y 18 metros de longitud marítima fueron alzados de forma obscena por una grúa en el puerto para trasladarla a una incineradora, donde, por obra del fuego, acabó desintegrándose como polvo de estrellas.
Nunca imaginamos lo que puede ocurrirnos. Ni siquiera en un breve lapso de tiempo y realizando una actividad tan trivial y cotidiana como ir a comer. Esa ballena, a la que llamaremos Destinia, es el paradigma de lo que somos: seres que se creen gigantescos y que no son más que humo.
Me impresiona la noticia de que una ballena, que iba rumbo a la Liguria italiana para alimentarse de plancton en aquella zona del Mediterráneo, fue alcanzada por un Ferry que la arrastró hasta el puerto de Barcelona sin inmutarse (ni el barco ni el cetáceo). Esas 30 toneladas de peso y 18 metros de longitud marítima fueron alzados de forma obscena por una grúa en el puerto para trasladarla a una incineradora, donde, por obra del fuego, acabó desintegrándose como polvo de estrellas.
Nunca imaginamos lo que puede ocurrirnos. Ni siquiera en un breve lapso de tiempo y realizando una actividad tan trivial y cotidiana como ir a comer. Esa ballena, a la que llamaremos Destinia, es el paradigma de lo que somos: seres que se creen gigantescos y que no son más que humo.
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