Un día después de que pasara de puntillas en el calendario el Día Mundial contra la Homofobia y de que el gobierno ultradederechista del PP (ultraderecha según la RAE es "Derecha política de ideología radical o extremista") aprobara la Lomce, una nueva reforma educativa, que nos sitúa en las catacumbas de la democracia (con la asignatura de religión, católica obviously, contando hasta para conseguir becas... Habrá que encomendarse al espíritu santo), ocurrió algo que, al menos, revolucionó un poco la también reconvertida en talibán Televisión Española: el festival de Eurovisión nos regaló el primer beso lésbico de su historia. Fue la representante de Finlandia, Krista Siegfrids, quien, vestida de novia y con un cartel que emulaba el famoso 'Welcome to Las Vegas', selló su actuación interpretando la canción 'Marry me', dándose un beso con una de las coristas tras la desaparición de los bailarines del escenario. Una perfecta manera para acabar felizmente un tema, léase el del matrimonio homosexual. Que tomen nota otros países (como Turquía que, aplicando una censura descarada, no emite el festival por el beso lésbico) y otras televisiones, como TVE que, además de recomendar a los parados que recen, envía a Eurovisión a El Sueño de Morfeo, soporífero hasta quedar penúltimos.
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