10.4.13

La profesora es el síntoma

 










Que exista una señora que esté en contra de la homosexualidad y del aborto debería parecernos tan extraño como que una señora manifieste odio contra los heterosexuales y la maternidad. Ni más ni menos. 
Que esta señora dé clases en una universidad, debería parecernos una perversión y un abuso de poder, por no decir un adoctrinamiento (palabra muy de moda últimamente entre las clases políticas que más adoctrinan) radical.
Pero que exista una asignatura en una universidad de Periodismo que lleve por título Doctrina Social de la Iglesia, eso es una aberración y a quien se le haya ocurrido instaurar esta asignatura como obligatoria se le debería ingresar en un centro para rehabilitarlo (cosa poco probable) de su talibanismo consagrado. 

El caso de la profesora de la Universidad Cardenal Herrera -CEU de Moncada (Valencia), que pronunció en su clase frases tan exquisitamente sádicas como “Aunque tu marido te sea infiel, la verdadera prueba de amor es seguir amándole con lágrimas en los ojos, como Jesús lloraba en la cruz”, “las mujeres maltratadas no deben separarse porque eso es amor” o “dentro de lo terrible de la violación sacas algo bueno, que es un hijo, un don de Dios”, nos recuerda, como siempre, que continuamos viviendo en una sociedad en la que determinados sectores se encierran en un fanatismo que hace peligrar los derechos básicos de cualquier persona. 

La profesora puede parecer un problema, pero en realidad es el síntoma. 

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