Ya la tenemos liada. Mientras que la RAE ha decidido que la palabra 'matrimonio' también se refiere a la unión de dos personas del mismo sexo, en el Tribunal Constitucional, que aún debe decidir acerca del recurso contra la ley del matrimonio homosexual que interpuso el PP (quién iba a ser), toma posiciones un tal Andrés Ollero.
¿Que por qué lo menciono? Porque Ollero tiene un curriculum más que dudoso por su manifiesta homofobia.

Este hombre también ha escrito lo siguiente: "Hoy se ha hecho frecuente que, de modo tan
entusiasta como ajeno a la génesis del concepto, se pretenda replantear
la tolerancia de modo más "positivo". Se habla de lo tolerado como si no
fuera falso ni malo sino todo lo contrario; con ello sólo se consigue
ignorar perturbadoramente la frontera entre tolerancia y reconocimiento
de derechos".
Uf, pelín peligrosa y tendenciosa la argumentación. A mí me asusta un poco.
Propongo que la RAE al completo tome el TC y les explique que, aparte de consideraciones filtradas por una moralidad exclusivista, el matrimonio homosexual no es una ley que se deba cumplir a la fuerza o que nos obligue a los homosexuales a casarnos si no queremos. Es más, el gay católico o del PP, si no lo ve claro, pues que no se case. Pero el que quiera disfrutar de esta posibilidad, que es un derecho, que lo haga. Y punto.
El tema es que hay determinados personajes políticos y no políticos que igual que creen estar en posesión de la verdad aerca de la naturaleza humana, también creen tener la exclusiva de las palabras y sus significados. Y eso es falso, es mentira, no es cierto y además no es verdad. Por si había dudas.
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