Mara flipa. El líder bieloruso Alexander Lukashenko ha dicho que prefiere ser un dictador que gay. Esto es como aquella canción de antes muerta que sencilla, una estupidez. Lo ha hecho después de recibir las críticas de la Union Europea por su precaria política en temas de derechos. El año pasado Lukashenko también protagonizó unas declaraciones absurdas al decirle al ministro alemán de exteriores, Guido Westerwelle, abiertamente homosexual, que debería "llevar una vida normal". Perla, sí señor. Y este hombre dirige un país y no sabe ni dirigirse a él mismo. Descerebrado. Y me quedo corta.
Menos mal que, al otro lado del Atlántico, George Clooney acaba de declarar que no le importa que la gente piense que es gay. Y como prueba de esta declaración está interpretando con Brad Pitt una obra, "8", a favor del matrimonio homosexual. Claro que por otro lado y sin movernos de los USA, el señor Rick Santorum, uno de los candidatos en las primarias de los republicanos, ha dicho que ilegalizará los matrimonios LGBT ya realizados si es elegido presidente de Estados Unidos. este hombre es un iluminado que también ha dicho que no cree en la separación entre el Estados y la Iglesia. A gente como ésta, no se la podría separar de la política? ¿O del mundo?
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