Sentencia desde mi ordenador: el fútbol es homófobo. En serio. Y, además machista. que esta semana ha jugado en Barcelona el Balón de Oro, versión mujer, del año, y casi nadie ha ido a verla. Y casi nadie sabe cómo se llama, de qué país o si es delantera o portera. Es japonesa y es la capitana de la selección nipona; se llama Homare Sawa, y juega de centrocampista.
Como dato muy nipón, diré que las jugadoras de la selección japonesa son conocidas en su país como las "Nadeshiko", el nombre de una flor de color rosado que se utiliza como uno de los arquetipos japonés de la perfección y la belleza, y que sirve para plasmar el "ideal de mujer japonesa". Delicadeza y fuerza, todo en uno.
Continúo con mi sentencia: el fúbtol es homófobo y para demostrarlo, esta vez, la LLP se va a Colombia. Allí una denuncia por acoso sexual contra un árbitro ha desencadenado una batalla dialéctica -esperemos que quede en eso únicamente- que refleja el excelso grado de homofobia que existe en el ámbito del fútbol.
Álvaro González, presidente de la División Aficionada del Fútbol Colombiano (Difútbol) ha llegado a asegurar que para llegar a las altas esferas del arbitraje en Colombia es necesario ser homosexual, afirmando además que “no hay peor enfermedad que el homosexualismo“, que considera “altamente contagiosa“.
“Hay prácticamente un malestar muy alto en un buen número de árbitros del país por ese tema, porque nadie presenta pruebas, y tampoco se atreven a hablar, pero se comenta que uno de los primeros requisitos que se tiene para llegar a las altas esferas del arbitraje colombiano es ser homosexual, y eso sí me parece muy grave”, ha afirmado González.
El abogado y activista Felipe Montoya ha presentado ya una demanda penal contra Álvaro González por sus declaraciones homófobas, al considerar que incitan a la discriminación contra la comunidad homosexual y refuerzan “el estereotipo social negativo y erróneo que yace en el imaginario colectivo de que la homosexualidad es una enfermedad contagiosa que se sufre”. Montoya considera que las palabras del dirigente deportivo son especialmente graves dada “la altísima popularidad de la que goza el fútbol en Colombia y porque no estamos ante la opinión de un ciudadano cualquiera”.
Sumándose a la ola homófoba, el tabloide colombiano El Espacio ha publicado artículos de pésimo gusto, con titulares como “Arde la polémica del arbitraje gay. Fiestas locas y a pito suelto” o “Cualquiera resbala” y una portada que caricaturiza un árbitro afeminado sacando una tarjeta rosa.
Humor fácil. Tópico. Lugar común periodístico. Barato y basado en la estupidez. ¡Qué falta de originalidad!
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