Duran i Lleida |
El portavoz episcopal |
Junio de 2010: Duran i Lleida defiende a los psiquiatras que ‘curan’ a homosexuales.
Octubre de 2011, a un mes de las elecciones: Duran i Lleida insiste en los tratamientos contra la homosexualidad. Y lo hace en la revista ‘Vanity Fair’. El político catalán está obsesionado con la homosexualidad e insiste en considerarla una enfermedad curable, a decir de sus palabras.
Ya antes del verano de este mismo año, el político criticó al lobby homosexual utilizando la frase: “Como si el estado normal de la especie humana fuese la homosexualidad”. Y defendió que puede ofrecerse asistencia psicológica a las personas que “salen del armario”.
No, señor Duran i Lleida, las que salen del armario no necesitan asistencia psicológica, las que opinan como usted, creyendo que nadie nunca jamás debería salir del arrmario, esas sí que necesitan terapia psicológica. Y humana también.
Lo mismo que nuestra querida cúpula, que no cópula, eclesiástica. Que pide el voto, sin vergüenza, para los partidos que ‘no son del divorcio ni del aborto’. Y se quedan tan anchos, ellos, que han sido incapaces de hacer acto de contricción o de humildad y avergonzarse por su evidente carrera de pedofilia y abusos por todo lo largo y ancho de este mundo. Doble moral. Sí señor. Pidan el voto para la derecha a ultranza que así tendrán aliados para seguir escondiendo sus actos impuros que, al parecer, no necesitan terapias reparativas. No.
Claro que algunos medios tachan este tipo de voto represor de ‘voto responsable’.
Pues la LLP, Liga de Lesbianas Planetarias, pide el voto para los partidos que apoyan la ley del aborto (eh, que sólo aborta quien lo necesite, quien quiera y a quien su conciencia se lo permita), la ley del divorcio (eh, que sólo se divorcian los que quieren) y la ley de matrimonio homosexual (eh, que sólo se casan los que quieren). Ah, y también a aquellos grupos que propongan dejar de sufragan a la Iglesia. Que la Iglesia, si no me equivoco, es divina. Y no terrenal. Y, además, ya tienen un Estado propio (son unos independentistas de pro) con banca propia incluida amén de unos bienes inmuebles que ya quisieran para sí muchos países.
Octubre de 2011, a un mes de las elecciones: Duran i Lleida insiste en los tratamientos contra la homosexualidad. Y lo hace en la revista ‘Vanity Fair’. El político catalán está obsesionado con la homosexualidad e insiste en considerarla una enfermedad curable, a decir de sus palabras.
Ya antes del verano de este mismo año, el político criticó al lobby homosexual utilizando la frase: “Como si el estado normal de la especie humana fuese la homosexualidad”. Y defendió que puede ofrecerse asistencia psicológica a las personas que “salen del armario”.
No, señor Duran i Lleida, las que salen del armario no necesitan asistencia psicológica, las que opinan como usted, creyendo que nadie nunca jamás debería salir del arrmario, esas sí que necesitan terapia psicológica. Y humana también.
Lo mismo que nuestra querida cúpula, que no cópula, eclesiástica. Que pide el voto, sin vergüenza, para los partidos que ‘no son del divorcio ni del aborto’. Y se quedan tan anchos, ellos, que han sido incapaces de hacer acto de contricción o de humildad y avergonzarse por su evidente carrera de pedofilia y abusos por todo lo largo y ancho de este mundo. Doble moral. Sí señor. Pidan el voto para la derecha a ultranza que así tendrán aliados para seguir escondiendo sus actos impuros que, al parecer, no necesitan terapias reparativas. No.
Claro que algunos medios tachan este tipo de voto represor de ‘voto responsable’.
Pues la LLP, Liga de Lesbianas Planetarias, pide el voto para los partidos que apoyan la ley del aborto (eh, que sólo aborta quien lo necesite, quien quiera y a quien su conciencia se lo permita), la ley del divorcio (eh, que sólo se divorcian los que quieren) y la ley de matrimonio homosexual (eh, que sólo se casan los que quieren). Ah, y también a aquellos grupos que propongan dejar de sufragan a la Iglesia. Que la Iglesia, si no me equivoco, es divina. Y no terrenal. Y, además, ya tienen un Estado propio (son unos independentistas de pro) con banca propia incluida amén de unos bienes inmuebles que ya quisieran para sí muchos países.
No hay comentarios:
Publicar un comentario