Si una lee los fragmentos de la Biblia que han seleccionado en el obispado de Alcalá, por ejemplo la Carta a los Romanos, les coge manía a los homosexuales. Pero no por su preferencia sexual, sino porque a los hombres que practican actos deshonestos con otros hombres los asocia con los siguientes rasgos de personalidad y carácter:
“Están llenos de toda clase de injusticia, iniquidad,
ambición y maldad; colmados de envidia, crímenes, peleas, engaños, depravación, difamaciones. Son detractores, enemigos de Dios, insolentes, arrogantes, vanidosos, hábiles para el mal, rebeldes con sus padres, insensatos, desleales, insensibles, despiadados”.
Claro, un hombre que es insensible, desleal, envidioso, depravado, mentiroso, vanidoso y despiadado, no merece mi solidaridad. Lo que me ocurre es que la mayoría de las veces encuentro exactamente estos rasgos en personas homófobas, capaces de insultar, denigrar y hasta (en el caso de los Estados) condenar a muerte a un hombre porque se ha acostado con otro y porque no comparte sus chanzas acerca de las mujeres, por ejemplo.
La conclusión de todo ello es que esta supuesta guía para curar la homosexualidad es más bien una guía, y cuidado porque el tema es serio, para odiar a los homosexuales. Así que, por favor, obispo de Alcalá, no mienta ni confunda al rebaño. Por favor.
Reig Pla ya tuvo su minuto de gloria el año pasado cuando afirmó tan tranquilo que los matrimonios católicos son menos dados a la violencia que los que viven "inestablemente". "España es una sociedad postrada", siguió Reig Pla, quien insistió en que la sociedad española está "enferma" ante las "lacras" del divorcio, los distintos modelos de familia o la reciente Ley del Aborto.
En fin, más de lo mismo.
http://www.publico.es/espana/353608/la-iglesia-vincula-el-maltrato-a-las-parejas-de-hecho
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