Londres está a punto de celebrar una boda real. Es cierto.Virginia Woolf piensa que es anacrónico, pero tan británico como la ceremonia del té.
Pero antes, el día 2 de abril, tendrá lugar una marcha diferente: la del Orgullo del barrio del East End. En principio no debería pasar nada. Pero resulta que la marcha se celebra en un ambiente (no de bar, sino de entorno y circunstancias) algo tenso por culpa de unas pegatinas homófobas que llevan impresos fragmentos del Corán, que declaran la zona 'libre de gays'. Lo que ocurre es que algunos activistas LGBT creen que los responsables de estos carteles no son musulmanes, sino personas relacionadas con la llamada English Defence League, una organización de extrema derecha, a la que le encantaría un enfrentamiento entre musulmanes y gays. A eso se le llama intoxicación informativa.
Por su parte, los organizadores de esta marcha quieren dejar claro -quieren desintoxicar el ambiente- que es una manifestación por la visibilidad y que es ni anti musulmana ni anti nada. “El argumento de que estar fuera del armario y mostrarse orgulloso supone un ataque a los puntos de vista de otros es el que usan precisamente algunos gobiernos para prohibir las marchas del Orgullo”, ha expresado Paul Birrell, uno de los promotores de prestigioso Pride London, que apoya sin reservas esta marcha del East.
En fin, en Londres todo puede llegar a ser complicado y tener más de una lectura. Por eso una boda real, con su simplicidad protocolaria es tan agradable de vez en cuando. Un no pensar que resulta refrescante. Pero antes, el 2 de abril, la LLP tendrá que estar atenta a lo que pasa en el East End, con los gays, las lesbianas, los de la English Defence League, los musulmanes y los del Pride. Y que nadie, por favor, acabe intoxicado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario