Os dejo una entrevista que Thais le hizo a Ann Bannon, la reina indiscutible del género llamado pulp lesbian, tremendamente popular en los años 50 en Estados Unidos. Está dividida en dos partes. Aquí tenéis la primera entrega.
Ann Bannon, la reina del pulp lésbico
En Chicago, en los años 30, no todo era Ley Seca y mafia. En aquella época, de ajustes de cuentas y ambiente de novela negra, concretamente en 1932, vino al mundo, en un barrio de esa ciudad, Ann Bannon, la escritora que iba a convertirse, años más tarde, en la Reina del pulp lésbico.
El pulp lésbico nació en Estados Unidos en los años 50. Casi todas las novelas de este género estaban ambientadas en universidades, internados o el Greenwich Village de Nueva York, y tenían como protagonistas a lesbianas, que solían recibir un castigo en forma de suicidio o destierro social si no rectificaban y superaban esa fase de sexo inmaduro. En fin, que advertían que el lesbianismo era una enfermedad y que si una mujer se atrevía a querer a otra... podía acabar muy mal. En medio de esta tendencia al finales horrorosos, Ann Bannon (nombre real, Ann Thayer) fue la excepción: a sus lesbianas se les permitía explorar y asumir su sexualidad. Tal vez por eso se convirtió en la reina del pulp lésbico.
Esta autora, que vive en Sacramento, California, y está retirada ya de su trabajo en la universidad, se dedica a sus más de 70 años a escribir el primer volumen de sus memorias, en el que explicará sus primeros años como escritora “dentro del armario” y sus aventuras en el Greenwich Village neoyorquino de los años 50. Fue en esa época, ya casada (se divorció en 1980, cuando sus dos hijas eran ya adultas), cuando descubrió su vocación literaria y lésbica y creó su personaje más famoso, la inefable y seductora Beebo Brinker, protagonista de cinco de sus novelas que, hoy en día, se consideran clásicos del pulp lésbico de los 50, con su exquisita y perfecta descripción de los conflictos emocionales de las lesbianas, en aquellos años de puritanismo y represión en Estados Unidos (¡cielos, si hasta en las películas de la época se ve que los matrimonios duermen en camas separadas!).
Por todo eso, hemos querido charlar con ella acerca del pulp lésbico, y porque, además de ser escritora y la reina de este género, es una mujer accesible y dispuesta a dejar de ser una desconocida en nuestro país.
-¿Qué es el pulp lésbico?
-Es un género de literatura popular, que tuvo mucho éxito en los años 50 y 60. Se creó, de alguna manera, como una forma de entretenimiento fácil, intrascendente. Se esperaba que la gente comprara los libros, los leyera y los tirara. Fue una sorpresa descubrir, años más tarde, que muchos lectores se engancharon a esas novelas y las conservaran como oro en paño. Los libros estaban hechos con pasta barata de papel, el llamado “pulp”, de ahí el nombre del género. Las portadas solían ser llamativas, atrevidas y con mucho color para atraer a los lectores, sobre todo hombres. De hecho, algunos libros fueron escritos por hombres y para un lector masculino. Sin embargo, los pulp que escribían las mujeres eran historias más románticas, que planteaban relaciones de amor entre mujeres. Esas fueron las que se hicieron con un gran público de lesbianas que se sentían aisladas, asustadas y desinformadas. Las historias que leían en las novelas pulp les dieron esperanza y, para algunas, representó la posibilidad de darse cuenta por primera vez en sus vidas de que había otras mujeres como ellas en el mundo.
-¿Cómo creaste tus personajes, son reales?
-La mayoría de mis personajes eran una mezcla de gente a la que conocía y gente a la que me habría gustado conocer. Para crear a mi personaje más famoso, Beebo Brinker, me inspiré en cierta medida en una amiga de la universidad, pero al final, Beebo superó la realidad y se convirtió en una joven y atractiva “butch”, con vida y carácter propios. Escribiendo sobre ella... me enamoré de ella, como le ocurrió a muchas lectoras.
-¿En aquella época, o cuando tú empezaste con la novela “Odd girl out”, en 1957, era muy difícil publicar esta clase de libros?
-Debería haber sido muy difícil para una escritora joven y desconocida como yo. No conocía a nadie del mundo editorial y, a pesar de ello, escribí mi primera novela “Odd girl out”. Sentí la necesidad de escribir la historia de dos compañeras de universidad, que se enamoraban. Estaban aterrorizadas y al mismo tiempo se sentían fascinadas por la intensidad de sus emociones. Para una de ellas fue algo que cambió su vida, para la otra, era algo demasiado terrible y opta por un matrimonio convencional. Cuando estaba escribiendo la historia, me acababa de licenciar en Lingüística y de casarme. El acto de escribir me ayudaba a olvidar los problemas de mi matrimonio. Cuando acabé el primer borrador de la novela, le eché coraje al asunto y le escribí una carta a la única autora lesbiana que conocía, Marijane Meaker (que fue amante de Patricia Highsmith), que escribía bajo el pseudónimo de Vin Packer y fue la autora de “Spring fire” (1952). Quería que me ayudara y me dijera cómo podía lograr que me publicaran el libro. Por qué lo hizo, nunca lo sabré, pero me ayudó. Me invitó a Nueva York, me presentó a su editor y consiguió que él se leyera mi historia. Fue él quien propuso el título, “Odd girl out”, que se convirtió en el segundo pulp más vendido de 1957.
-¿Cómo era la vida de las lesbianas en aquella época?
-Para la mayoría de las lesbianas en los 50 y los 60, su vida estaba dominada por la ansiedad, la soledad y las dificultades. Hoy en día, en el siglo XXI, parece mentira que, tan sólo hace 50 años, tantas lesbianas no supieran que había otras mujeres en el mundo que compartían con ellas su orientación sexual. Vivían aisladas y no tuvieron ocasión de conocer a otras lesbianas hasta que el pulp lésbico empezó a aparecer en las estanterías de las pequeñas ciudades y de los pueblos por todo el país. Muy pocas, encontraron un círculo de amigas lesbianas o una pareja con la que compartir su vida. Era más fácil si una vivía en una gran ciudad, que atraía a gays y ofrecía entretenimientos, bares, clubs, tiendas...
2 comentarios:
pues muuuchas gracias por descubrirme a una escritora que no conocía (esa foto que has colgado NO PUEDE ser reciente... ¿70 años?) yo siempre decía que daría un premio a la que me mostrara una novela de tema lesbico con final feliz publicada antes de 1950 y CASI te llevas el premio, la buscaré y la leeré. thanks again
Hay una novela de aquellos años que también acaba bien. Probablemente la conozcas: 'Carol', de Patricia Highsmith. Anagrama la tiene publicada.
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