De jueces, polacos, romanos, suecos y holandeses

“Sí, sí”, me dice Mara. “Sé lo de Fernando Ferrín Calamita, el juez de Murcia que dictó el pasado 6 de junio una sentencia que retiraba la custodia de sus dos hijas a una mujer porque, según el tipo, que ahora está de baja médica, su homosexualidad puede perjudicarlas”. Es cierto, no hay que ir a Polonia para ver, oír y leer estas sandeces.
Por cierto, y hablando de Polonia, la Liga de las Lesbianas Planetarias ha emitido un comunicado en el que aseguran que los Kaczynski Brothers han perdido la mayoría absoluta en el parlamento polaco. ”Nos es grato comunicar a todas als lesbianas planetarias que, tras varias semanas de lucha subterránea, hemos logrado minar los cimientos del régimen homofóbico de Polonia”.
Puesta en contacto con ellas, Mara ha intentado obtener una explicación más extensa acerca de lo ocurrido, pero el “a quién le importa cómo lo hagamos” oficial se ha repetido en los labios (je, je, je) de toda la cúpula de la LLP.

Además, en esta reentré de vacaciones, Mara trae noticias del otro lado del Atlántico y recomienda fervientemente, a las que puedan leer inglés, “Fun home”, la última novela gráfica de Alison Bechdel.

En Europa, aparte de los polacos, el juez de Murcia y sus tonterías, tenemos que en Amsterdam y en vista de un brote homofóbico, que es que parece ser tan calamitoso e insistente como la ola de calor que asola el sur de Europa, las autoridades han decidido sacar a la calle policías gays y lesbianas para tratar de evitar este virus de rápida propagación. Quién lo iba a decir… Si hace tan sólo unos añitos todas decíamos aquellos de “Siempre nos quedará Amsterdam”… ¿O no era Amsterdam? En fin, que ando un poco mal desde que me he reconvertido en Thais postvacacional. Con un esguince intercostal que me atonta el cerebro.

Y, qué decir de Roma… Donde han detenido a dos gays por besarse (una bonita manera de mostrar el amor cristiano) en la calle. ¿es que la Ciudad Eterna (igual que Alitalia) ya no es lo que era? Ah, ¿y qué era? Nerón y su pandilla, por ejemplo.

Afortunadamente, en los países nórdicos, el frío impide que los virus crezcan y se reproduzcan. Así que Suecia nos deleita con una buena noticia: el movimiento gay y lesbiano de aquel país ha recibido un reconocimiento histórico: reñpresentantes de la iglesia luterana sueca participaron en la marcha del orgullo, muy orgullosos y espléndidos ellos. ¿Vendrá de esta postura tan amigable lo del síndrome de Estocolmo?